Thursday, July 1, 2021

El río

 El río ==Por Jose I. Icaza y El Río.==


Hace poco me encontraba yo en la desembocadura de un río, y me dió por pensar "este es el punto donde el río... ¡muere!. Y de repente, comencé a notar que el río me quería hablar. Tal vez me quería decir sus últimas palabras. Como antropólogo, sabía que algunos grupos indígenas, completamente integrados con la naturaleza, rezan antes de matar a un animal para comérselo, y le piden permiso y perdón. Pero no había oído que el animalíto les contestara...

Pues sí, el río me quería decir algo. Concentré mi atención y esto fué lo que escuché:


" Soy tan viejo que he perdido la cuenta. Se me está yendo la memoria; pero recuerdo ciertas épocas y eventos del pasado, tanto buenos como malos.


Nací en lo alto de las montañas, entre exuberantes valles verdes. Cuando tenía apenas unas semanas de edad, recuerdo estar rodeado de burbujas, muchas, grandes y las pequeñas que me hacían reír alegremente. Mucho después, supe que las burbujas salían desde abajo, de la tierra; había nacido en lo que llaman un Manantial.


Desde allí, después, bajé por el valle, vagando entre las colinas hasta que llegué a una pequeña cascada. ¡Guau! ¡¡Fue tan divertido!! Bajé y bajé; corría cada vez más rápido y estaba un poco preocupado de que pudiera golpearme con una roca y dañarme, o terminar en un lago y quedarme quieto por un tiempo, poniendo fin a la diversión. Afortunadamente, no pasó nada de eso.


Pasaron años y años y mientras corría empecé a notar que mi agua, mi cuerpo, siempre estaba cambiando, como sucede en cada ser vivo o no vivo en este mundo nuestro.


En ese entonces mis aguas eran transparentes. Cuando mi velocidad no era demasiado grande, notaba con alegría diminutos peces nadando alrededor. Y unas cuantas veces, hace mucho, tanto tiempo, cuando algunas de mis aguas se aquietaban en pequeños estanques, pequeños niños venían a jugar dentro de mí. ¡Oh, qué alegría era tenerlos a mi alrededor, riendo y chapoteando!. Fue un placer ser la fuente de su disfrute.


Saliendo de estos estanques, me encontré de nuevo deambulando por las colinas. Luego llegué a un lugar peligroso, cuando caí por una alta cascada. Me hallé de repente en ella sin previo aviso. Al principio estuve asustado, pero pronto aprendí a disfrutar de la caída, y cuando toqué fondo todo volvió a quedarse en silencio. ¡Fiuu!, me salvé esta vez, pensé...


Comencé a notar pequeños arroyos que fluían hacia mí desde los lados; les di la bienvenida por supuesto, así como amaba a mis propios hijos: mi agua que salía de mí para formar otros pequeños arroyos en otra parte y ... ¡Ahh! Me estaba olvidando de la lluvia y la nieve que me alimentaba. La lluvia era especialmente deliciosa: esas pequeñas gotas que caían del cielo sobre mí. La nieve estaba un poco fría, pero no importaba. Aprendí que mi cuerpo siempre cambiaría con nuevos arroyos fluyendo, lluvia y nieve, y que todo eso estaba bien.


Supe que parte de mi agua se desviaba hacia campos agrícolas para alimentar las plantas que a su vez alimentaban a animales y a humanos. Me dió gusto que fuera yo de tanta utilidad para otros seres vivos. Pues vivo me creo también: pienso, siento, cambio, nazco, crezco, muero...


Parecería que he tenido una vida feliz pero eso no es cierto. Érase una vez, en realidad varias veces, que los pequeños arroyos que fluían hacia mí estaban llenos de contaminantes. ¡Tenían un sabor tan desagradable! Supe que algunos de ellos provenían de los mismos campos agrícolas que alimentaba, y que la contaminación provenía de fertilizantes. Otros provenían de industrias que descargaban en mí sus desechos sin ninguna consecuencia. Mis aguas se volvieron más oscuras, y mis queridos pececillos se estaban muriendo :(. No venían más niños y adultos a nadar y jugar dentro de mí. Poco a poco aprendí a asimilar la contaminación, pero con el paso del tiempo entraba otra fuente de feo olor y sabor. ¡Fue un período de gran angustia y pensé que nunca terminaría! Pero se acabó, afortunadamente. Comencé a notar que los humanos en mis orillas gritaban llevando pancartas y exigiendo que se detuviera la contaminación. Funcionó después de muchos años, y algunos peces y los niños comenzaron a regresar.


Otro evento muy angustioso ocurrió cuando caí en una presa muy grande. Pensé que moriría allí. Moverme rápido está en mi naturaleza y estar quieto durante tanto tiempo no se sentía bien. Pero lo peor aún estaba por llegar. Junto con los pocos peces que me quedaban, pasé por gigantescas turbinas que me golpearon terriblemente, y una vez atravesados esos monstruos rotatorios, los pobres pececitos quedaron todos dañados o muertos :(. Me fui recuperando poco a poco del golpeteo. Luego aprendí que el monstruo rotatorio genera electricidad sin producir contaminación: al menos mi sufrimiento tuvo un beneficio y me sentí satisfecho de haber ayudado. ¿Será necesario sufrir para dar un servicio? 


En fin, llegué hasta aquí y ví a Ud. en la orilla, con ganas de escuchar. Y por eso comencé a hablar… 



Esta es mi historia, como son todas las historias: una combinación de momentos muy felices y algunos dolorosos. Soy muy viejo ahora; dicen que tengo miles de años de edad, y estoy a punto de caer al mar y casi desaparecer, diluido en agua salada. Que esta historia sea una advertencia y un rayo de esperanza para los humanos. Ellos morirán como yo pronto, todos pasarán períodos de preocupación, satisfacción y felicidad; espero que todos también luchen para mantener limpios a mis hermanos, los ríos del mundo, junto con los peces, y los niños que juegan en el agua, y todo.”


Eso dijo el Río. Me quedé reflexionando largamente. Y decidí seguir muy atento a lo que me quieran decir las montañas, los bosques y cada animal que se cruce en mi camino.